LA ASTRONOMÍA PRECOPERNICANA

Buenos días desde Academia Cruellas, en Fraga. Quizá nada haya sido tan decisivo para la configuración del pensamiento moderno como el nacimiento de la física matemática. Pero este nacimiento no se logró sino a través de una continua lucha contra el edificio de la física aristotélica, profundamente modificado a lo largo de la Edad Media.

Las tres grandes exigencias del sistema aristotélico eran: geocentrismo, esferas concéntricas y cristalina en torno a la estable Tierra, y movimiento uniforme de tales orbes celestes, todo ello inscrito en la esfera de las estrella fijas, movida regularmente (para explicar los días y las noches) por el Primus Movens ("primer motor"), especie de alma del mundo movida a su vez por el Motor Inmóvil: Dios.

Esta armonía se veía desde el principio perturbada por dos fenómenos: cometas y planetas.

Con respecto a los cometas, la solución ofrecida resultaba convincente, dada la ausencia de instrumentos de precisión: se trataría de "meteoros", esto es, de fenómenos producidos en la región sublunar por la fricción de las capas de aire y fuego que rodeaban a la Tierra. Pero los planetas no fueron muy fáciles de dominar. Aparte del Sol y la Luna, de movimiento regular, algunas "estrellas" variaban periódicamente de intensidad lumínica, y otras (especialmente Venus y Marte) parecían complacerse en probar la paciencia del astrónomo, apareciendo bien en posiciones opuestas, bien caminando hacia atrás, en movimiento retrógrado. Por eso se les llamó "planetas" (en griego: vagabundo, errante).

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